Que alguien te pregunte si te hubiera gustado pasar el primer día de tu vida con ella, no se describe con palabras.
Imaginando que hubiéramos hecho...
Esperar en el puente (que se ha de convertir nuestro) a que pase un tren.
Luego imaginaríamos a dónde iba.
Quién iría en él.
Y vernos dentro.
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